jueves, 29 de septiembre de 2016

El primer día



¡Hola a todos!

La semana pasada empezó una compañera nueva y ya ha tenido su primer cante. El preparador nos citó en el Colegio y una vez allí preguntó quién quería empezar. Mi compañera, con la voz temblorosa me pidió si podía empezar y eso me recordó mi primer día ante el preparador como opositora, me recordó mi primer cante ante él y la que en ese momento era mi compañera. 

El tiempo pasa muy rápido pero lo recuerdo como si fuera ayer, esa sensación de miedo, incertidumbre, nervios y un cúmulo de emociones ante una situación que era desconocida. Como os he contado en otras ocasiones, nunca había estudiado como estoy estudiando ahora, había que cambiar la forma de hacerlo y ese primer día quería hacerlo bien, era mi carta de presentación como opositora. Era consciente de que había mucho que mejorar y que la velocidad y soltura en el cante se consiguen con la práctica, pero aún así quería hacerlo bien, demostrar que valía para esto. No quería que mi preparador me dijera que mejor me dedicara a otra cosa, ese fue mi miedo durante la primera vuelta. Cada semana era una prueba y era una oportunidad más para quedarme. 

El preparador, semanas antes del primer cante me facilitó el bloque de temas de parte general para que empezara por ahí, así que el primer día me presenté con los primeros cuatro temas del programa. 

Y al igual que mi nueva compañera, era un manojo de nervios (estuve todo un año tomándome una tila bien cargada antes de ir al preparador. Ahora no lo hago pero sigo poniéndome nerviosa cada vez que voy). Esa vez nos citó en su casa y ante la pregunta “¿quién empieza?”, como pude, con voz temblorosa contesté “prefiero que empiece ella”. Esos veinte minutos de espera me servirían para ir tranquilizándome y tomar conciencia de que después iba yo. 

Y entonces llegó mi turno, ¿dónde estaba la tila?, ¿no se supone que relaja? El preparador, al igual que hizo con mi compañera en su primer día, y sin que sirviera de precedente, me dejó elegir el tema. Mi respuesta fue “es mi primer cante, elijo el tema 1”, y ahí que me lancé a cantar, visualizando párrafo a párrafo con miedo de dejarme alguno, de equivocarme al citar algún autor o alguna fecha hasta que se cumplieron veintitrés minutos. Tiempo excesivo y más para el primer tema, pero lo había cantado. Como me dijo el preparador, lo importante era cantar el tema, ya conseguiría coger velocidad. Había superado el primer día aunque había muchas cosas que mejorar. 

Pues como os decía, esta semana, mi nueva compañera tuvo su primer cante. Y como ocurrió en mi caso, cantó el tema entero. El preparador le dijo lo mismo que me dijo a mí, hay cosas que mejorar pero con el tiempo se conseguirán, lo importante es que había cantado el tema entero.

Y vosotros, ¿recordáis vuestro primer cante? ¡Mucho ánimo a todos!

Gracias por leerme!

Un beso!

María :)

sábado, 24 de septiembre de 2016

¿Firmar la instancia?



¡Hola a todos!

Como ya sabéis, la convocatoria salió publicada el 31 de agosto y a partir de ahí varios de vosotros me habéis comentado que no sabéis si firmar o no firmar la instancia porque creéis que esta no es vuestra convocatoria y os encontráis en una especie de conflicto al no saber muy bien qué hacer.

Yo no soy preparadora, ni sé qué ritmo de estudio lleváis, como cantáis ni cuántos temas de cada bola sois capaces de llevar, por lo tanto, esto es una cuestión que debéis consultar con vuestro preparador. 

Lo que sí puedo hacer es daros mi opinión basada en mi experiencia. Cuando salió la convocatoria de Valencia, apenas llevaba un mes y poco opositando y ni a mi preparador ni a mí se nos ocurrió que yo podía ir a examen. Mi primera vuelta a los temas iba a durar entre ocho y diez meses con lo cual, lo más probable es que empezasen los orales y yo aún no hubiera visto todas las bolas y posiblemente no hubiera sido capaz de cantar el ejercicio entero. No quería hacer perder el tiempo al tribunal. Aunque si hubiésemos sabido que se iba a alargar tanto en el tiempo, posiblemente sí me hubiera presentado. 

De esta manera yo estudiaba con la próxima convocatoria en mente. A la próxima sí podría ir a probar suerte. Los meses pasaron y esa próxima convocatoria llegó. En ese momento yo ya llevaba tres años opositando y según mi preparador tenía posibilidades de aprobar, había dado más vueltas a los temas y era capaz de acumular. Fue la convocatoria de Barcelona a la que fui con toda la intención de aprobar y no de probar. 

Era la primera vez, no sabía qué se vivía, qué se sentía. Mi preparador ya me advirtió de lo que me iba a encontrar, me hice una idea sí, sabía que se pasaban nervios, que había tensión en el pasillo esperando a que el bedel dijera tu nombre pero no tiene nada que ver con lo que realmente es. Como os he contado todos estos meses, ir a examen es toda una experiencia, tanto si se va a por todas como si es para probar suerte. Y es toda una experiencia porque descubres de ti misma hasta dónde eres capaz de llegar, de lo que eres capaz de aguantar. Descubres que tienes una capacidad de resistencia brutal, se sacan fuerzas de donde no las hay. Para mí supuso conocerme de verdad, fue toda una prueba, y ya no sólo respecto a los temas, que también. 

Y por eso creo, bajo mi humilde opinión que no se pierde nada por ir a probar y ver qué es realmente el examen. De esta manera, el día que vayáis a examen de verdad porque esa sí es vuestra convocatoria, seguramente lo viviréis de otra manera sabiendo lo que es aunque eso no quita que los nervios de saber que te estás jugando mucho sigan ahí. Si tenéis la duda, habladlo con vuestro preparador, contadle que queréis ir y quitaros los miedos, él sabrá aconsejaros. 

¡Mucha suerte y ánimo a todos! 

¡Gracias por leerme!

Un beso!

María :)

miércoles, 7 de septiembre de 2016

No va a ser igual



¡Hola a todos!

Hace ya una semana que salió publicada en el BOE la convocatoria. Semana en la que he tenido mis más y mis menos y que a pesar de ello, lo he vivido con más tranquilidad que la vez pasada. Quizás porque llevaba meses sabiendo, por todos los rumores que circulaban, que iba a salir más temprano que tarde y perece que no pero una se conciencia de ello. 

Eso no quita que los nervios hagan acto de presencia, el miedo al qué pasará, el dolor de estómago al saber lo que se acerca. Por eso digo que he tenido mis más y mis menos esta semana, y por otro lado ha supuesto un “venga tú puedes”, “esta es la tuya”.

Ayer fui a cantar y era el primer día que veía a mi preparador después de la convocatoria. Estuvimos hablando un ratito antes de cantar y la verdad es que me vino muy bien, sus palabras supusieron un empujoncito. A pesar de ya haber pasado por esto, no lo voy a vivir de la misma manera, ya no es la primera vez, los años pesan y posiblemente el nivel de auto exigencia y presión sea aún mayor de lo que ya fue y es semana tras semana. El nivel de nervios quizás sea menor o menos intenso porque sé qué viene después de qué, o al menos así lo estoy sintiendo esta vez.

El cante fue muy bien, tanto en tiempo como en literalidad de artículos, lo que supuso un plus a las palabras de mi preparador. Cuando acabe vuelta miraremos el planning a seguir en los próximos meses. Quiere que vaya confiada, segura de mí misma. Así que hay que seguir trabajando y seguir soñando porque nadie dijo que sea imposible.

¡Mucho ánimo a todos!

Gracias por leerme!

Un beso!

María :)