sábado, 24 de febrero de 2018

Las dos caras de la moneda



¡Hola a todos!

Como muchos sabréis contamos con una nueva promoción de Notarios, exactamente 85 nuevos Notarios, entre los que se encuentran mis dos, ahora ya ex compañeros de la nueva preparadora. Por ello quiero dar la enhorabuena a todos y cada uno de ellos. El objetivo ha llegado, la plaza es vuestra, todo el sacrificio se ha visto recompensado con ese APROBADO bien grande que es más que merecido. El camino como opositor se ha acabado. Estáis al otro lado y empieza el camino como profesionales de lo que siempre habéis querido ser. Se acabaron las horas interminables de estudio, los paseos al preparador y los cantes por la casa. Solo os puedo decir que muchas felicidades a todos y disfrutéis mucho de esta nueva etapa.

Pero no me quiero olvidar de los que se han quedado en el camino, de los que han rozado con las puntas de los dedos el final de una etapa. Esta entrada va especialmente dirigida a ellos.

Sé que es duro quedarse a las puertas, ver tan cerca el final y tener que volver a empezar en la casilla de salida, estar a un paso del final de la partida. Pero tenéis que saber que no habéis llegado hasta este punto para tirar la toalla. El trabajo de todos estos años y sobre todo de estos últimos meses no ha sido en vano. La oposición como la vida, es un camino con muchos obstáculos, algunos de los cuales se sortean, otros nos hacen caer. 

Sois más fuertes de lo que pensáis, habéis demostrado que se puede llegar al último peldaño de la escalera. Ésta no ha sido vuestra convocatoria pero lo será la siguiente. Soy de las que piensa que las cosas, tanto buenas como menos buenas, pasan por algo, así que ésta no ha sido porque no tenía que ser. Debéis estar orgullosos de vosotros mismos, orgullosos del camino recorrido, así que cabeza bien alta y a seguir hacia delante.

A continuación os quiero dejar unos textos del libro “Manual del Guerrero de la Luz” de Paulo Coelho que creo que os pueden servir y ayudar a ver las cosas de otra manera. He elegido dos pero hay muchos que podría poner. Espero que os gusten.

El guerrero de la luz conoce el valor de la persistencia y el coraje. Muchas veces, durante el combate, él recibe golpes que no esperaba. Y comprende que, durante la guerra, el enemigo vencerá algunas batallas. Cuando esto sucede, él llora sus penas y descansa para recuperar un poco las energías. Pero inmediatamente después vuelve a luchar por sus sueños. Porque cuanto más tiempo permanezca alejado, mayores son las posibilidades de sentirse débil, miedoso, intimidado. Cuando un jinete cae del caballo y no vuelve a montarlo al minuto siguiente, jamás tendrá el valor de hacerlo nuevamente.
 
Un guerrero de la luz no posterga sus decisiones. Él reflexiona bastante antes de actuar, sopesa su entrenamiento, su responsabilidad y su deber como maestro. Procura mantener la serenidad y analiza cada paso como si fuese lo más importante. No obstante, en el momento en que toma una decisión, el guerrero sigue adelante: ya no tiene más dudas sobre lo que escogió, ni cambia de ruta si las circunstancias fueren diferentes a lo que imaginaba. Si su decisión fue correcta, vencerá en el combate, aun cuando dure más de lo previsto. Si su decisión fue equivocada, él será derrotado y tendrá que recomenzar todo otra vez, pero lo hará con más sabiduría. Pero un guerrero de la luz, cuando comienza, llega hasta el final. 

¡Muchas gracias por leerme!

¡Mucha suerte y ánimo a todos!

Un saludo!

María :)  

sábado, 10 de febrero de 2018

Opositar: cómo la familia vive la oposición



¡Hola a todos!

Llegamos al final de esta serie de temas en los que cada uno de vosotros ha ido contando a modo de comentario su experiencia, situación o punto de vista. Ante todo quería daros las gracias a todos lo que habéis participado y habéis ido dando forma a estas últimas cinco entradas. Ha sido muy divertido así como entretenido leeros y ver que hay cosas que a todos nos suceden y darnos cuenta que no estamos tan solos como a veces pensamos. 

La entrada de hoy como podéis ver por el título tiene que ver con nuestras familias, cómo ellos viven la oposición, nuestros horarios, cantes, nervios, exámenes, etc. Como sabéis, estas últimas entradas tienen su base en el programa “Comando Actualidad” dedicado a las oposiciones, y respecto al tema de hoy, me emocionó ver a esos padres que acompañan a sus hijos al examen, como esperan a que salgan del aula, pendientes de sus caras, de si ha ido bien o mal, pues como dicen, la cara es el espejo del alma, de ese apoyo incondicional pues si no ha ido lo bien que esperábamos, la próxima será la buena. 

Y ello me trajo a la memoria la primera vez que fui al examen de la oposición, me acompañó mi madre (esta última también) pero quizás por ser la primera es la que tengo más grabada. Hasta ese día, en casa siempre me habían visto estudiar desde bien temprano hasta casi última hora de la tarde, sin puentes ni festivos, únicamente descansando el día libre. Cuando hablaban con algún familiar o conocido que preguntaba por mí, siempre respondían que no salía de casa, que me pasaba el día entero estudiando y que por lo tanto era muy duro (nadie sabe lo que es una oposición hasta que no se mete en una). Pero creo que hasta que no se va al examen y ven lo que realmente es, los nervios, el hacer pasillo, ese silencio lleno de tensión por lo que nos toca en breves, no llegan a darse cuenta de la verdadera dureza de la oposición, o al menos, así ha sido en mi caso. Y digo que la primera vez es la que tengo más grabada porque ha sido la vez que más en tensión he visto a mi madre, era “nuevo” para las dos. Lo estaba pasando ella peor que yo y eso que la que tenía que enfrentarse durante una hora a un tribunal de siete personas era yo. Según me contó al salir del oral, fue la hora más larga que había vivido y que era muy valiente de hacer lo que hacía, que posiblemente ella no hubiera entrado en esa sala.

En cuanto a los cantes, siempre, desde el primer día, se han preocupado de saber cómo ha ido, de qué me ha dicho el preparador que hay que mejorar (ahora preparadora), de desearme suerte antes de ir, incluso mi abuela que siempre llama para preguntar cómo ha ido. 

Respecto a los horarios, en casa han respetado y respetan bastante mis horas de estudio, aunque hay veces que creo, como ya os conté en la entrada Opositar: compaginar estudio y trabajo, a medida que pasan los años se acostumbran a vernos siempre estudiando, se acostumbran a nuestra rutina y hay días que parece que se olvidan que estudiamos. Sobre todo cuando es un día de puente y surge el “vamos a dar una vuelta y así sales un poco de casa”. Más me gustaría a mí salir de casa pero NO puedo. No puedo cortar el estudio de repente para ir a dar un paseo porque es día de fiesta. No puedo saltarme los horarios porque hace un día estupendo. Y sé que es con toda la buena fe del mundo. Por eso siempre he dicho que aunque la familia nos apoye no llegan a comprender lo que significa la oposición, salvo que ellos también hayan pasado por una. 

A continuación os dejo los comentarios que me habéis hecho llegar al respecto. Espero que os haya gustado.

- Muy mal. Lo mejor es no molestar al opositor, no presionar, pero sí apoyar y tener mucha paciencia. Es duro para todos, pero el apoyo familiar es lo primero, y es impagable lo que hacen por nosotros.

- Muerto en vida: Mi familia tiene mucha experiencia en el mundo de las oposiciones: somos todos funcionarios (padre, madre y los tres hijos, y en la familia más lejana 3 tíos y sus parejas menos uno). Por eso para mí lo de saber cómo buscar las convocatorias y conseguir los temarios ha sido fácil. Mis padres siempre me han apoyado en el tema de las oposiciones, aunque el hecho de haber elegido una oposición muy alta generó miedos e inseguridades en un principio. Con el tiempo, y al verme trabajar de lo que opositaba de forma interina los miedos fueron desapareciendo, hasta que al final estaban demasiado eufóricos pensando que aprobaría (mucho más eufóricos que yo mismo). Finalmente llegó el aprobado y no les decepcioné.
En cuanto al ambiente de estudio en casa, siempre lo ha habido. Y mis padres me descargaron de muchas labores domésticas durante el periodo de oposición afortunadamente

- @plazaalavista: Hola!! En mi casa los llevan todos muy bien, menos yo! He tenido que volverme a vivir con mis padres después de 5 años viviendo en pareja, porque él aún estudia y la verdad es que no tengo tiempo ni para echar de menos. Pensaba que iba a llevar mejor la oposición, y la verdad es que la primera que se ha rendido he sido yo. Menos mal que mi novio y mi familia están ahí siempre, diciéndome que tranquila, que no tenga prisas y que confían en mí, que tarde o temprano lo conseguiré y que todos estarán ahí en ese momento! En cuanto a los horarios bien también, pues más o menos estamos todos fuera de casa las mismas horas y en cuanto al cante, tengo a toda la familia pegada al móvil el día que canto para ver cómo se me ha dado.

Espero que os haya gustado, nuevamente, gracias a todos los que durante estas cinco entradas me habéis mandado vuestros comentarios. Gracias por haber formado parte de esto estas semanas. Como siempre, cualquier sugerencia que tengáis es siempre bienvenida. 

¡Mucha suerte y ánimo a todos! ¡Gracias por leerme!

Un saludo!

María :)